El primero de estos hitos es la Iglesia de San Francisco, inaugurada en 1618 y reconocida como el edificio más antiguo de la capital aún en pie. Construida por los franciscanos en los terrenos que ocuparon desde 1572, la iglesia se ha convertido en una referencia indispensable del patrimonio religioso chileno. Su interior alberga el Museo de Arte Colonial de San Francisco, cuya colección es una de las más importantes del país.
Muy cerca de allí, sobre la Alameda, se encuentran los monumentos dedicados a dos figuras fundamentales del pensamiento republicano y de la expansión educativa en Chile. El primero es el de Andrés Bello, humanista, rector fundador de la Universidad de Chile y autor del Código Civil. Su legado se extiende desde la consolidación institucional del país hasta la promoción de un sistema educativo basado en la razón, la ciencia y la libertad intelectual. Este monumento es una copia en bronce hecha por el escultor Samuel Román, del original en mármol que hoy se ubica al interior de la universidad y que fue creado en 1881 por el artista chileno Nicanor Plaza.
A pocos metros, se alza el monumento a los Hermanos Amunátegui, diseñado por el escultor francés Denys Puech. La obra muestra a Gregorio y Miguel Luis Amunátegui, este último discípulo y colaborador de Bello. Historiador, profesor y político, Amunátegui es recordado especialmente por impulsar el Decreto Amunátegui, que permitió el ingreso de mujeres a la universidad y marcó un hito decisivo en la democratización del conocimiento y en la educación pública como derecho universal.
Monumento de Andrés Bello Casa CentralUniversidad de Chile
Monumento a José Toribio Medina