RECUPERACIÓN PALACIO PEREIRA

Con gran éxito de convocatoria tuvo lugar el pasado 19 de abril,  en el Club de la Unión, Alameda, la conferencia- almuerzo organizada por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile que tuvo como expositores a la arquitecta Cecilia Puga y sus socios Paula Velasco y Alberto Moletto,  a cargo de la recuperación del Palacio Pereira, en el cual se proyecta la instalación  del Consejo de Monumentos Nacionales y  dependencias de la actual Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos. Estas reparticiones  pasarían a formar parte de la Subsecretaria de Patrimonio, dentro del nuevo Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, cuyo proyecto de Ley ya se encuentra  en el Congreso.

Bajo el título. “Recuperación del Palacio Pereira: estrategia de conservación patrimonial”, los ganadores del concurso público internacional convocado para restaurar y habilitar este edificio neoclásico de 1874, declarado  Monumento Histórico , obra del  reconocido arquitecto francés Lucien Hénault, dieron a conocer su propuesta para hacer de éste un espacio cultural  moderno y funcional que lejos de negar su pasado, pone en valor el transcurso del tiempo, su belleza y fastuosidad aún en su condición de ruina.

Ubicado en Huérfanos con San Martín, y en un grave estado de deterioro debido a la falta de mantención y a sus severos daños estructurales, el edificio fue adquirido por el Estado de Chile e incluido entre los proyectos del Legado Bicentenario, para su recuperación y puesta en valor, estableciendo para ello un nuevo uso público.  Se trata de una iniciativa emblemática que no sólo valoriza el edificio y su entorno, sino que constituye una potente señal de la importancia otorgada por el Estado al Patrimonio,  generando un espacio cultural público que  alberga a las instituciones que velan por el patrimonio del país, acercándolas a la ciudadanía.

En cuanto al proyecto arquitectónico, según señala Puga en su memoria explicativa, “la Recuperación del Palacio Pereira ofrece un punto de partida desde el cual intentar una reconciliación entre dos posiciones potencialmente antagónicas – conservación y renovación.  El modo en el que estos dos conceptos se articulan en la intervención resulta crucial para inyectarle vida al edificio, envolviendo, protegiendo e incorporando su condición de ruina. ”

La intervención – partiendo por la consolidación estructural – mantiene los elementos y fachadas características, respetando el espíritu e identidad del edificio original, e incluso conservando el vacio interior dejado por el derrumbe, e incorpora un edificio moderno que cumple con las condiciones de uso de las instalaciones integrándose en el antiguo  Palacio sin alterar su sello.    El uso del corredor en forma de cruz es recreado en el nuevo patio, que une el corazón del edificio antiguo con aquel del nuevo edificio, como un espacio social y ambiental de descanso.