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RECORDANDO A MARTA CRUZ COKE, por Patricio Gross

Patricio Gross, Arquitecto, Miembro de la Corporación Patrimonio Cultural de Chile.
Celebramos una vez más el Día de los Patrimonios, fecha que nos recuerda a los chilenos la importancia que representan las manifestaciones culturales del pasado, convocándonos a revivirlas y encontrarnos con ellas a través de sus muchas manifestaciones materiales e inmateriales, acercándonos a esa enorme riqueza cultural tan significante que nos pertenece. Son muchos los que a lo largo de Chile visitan los lugares estrechamente vinculados con nuestra historia y nuestras tradiciones, lugares que cada año aumentan significativamente, abriendo sus puertas, exhibiendo sus tesoros, describiendo lo que poseen y engalanándose, estimando que en esta ocasión sobrepasan los dos mil seiscientos sitios.
Pero esta vez la fiesta del patrimonio se asocia con una noticia triste, pues una semana antes ha muerto su creadora, Marta Cruz-Coke Madrid, gestora cultural, licenciada en filosofía y primera mujer en dirigir la ex Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) y por lo mismo Directora de nuestra Biblioteca Nacional, entre el año 1993 y hasta el 2000, bajo los gobiernos de Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz-Tagle. En 1999 lanza la idea, con la estrecha colaboración de Ángel Cabeza, Secretario Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, celebrándose en el antiguo claustro de la Recoleta Dominica, lugar pocos años antes y hasta hoy convertido por la misma Marta en el actual Centro Cultural Recoleta Dominica. Posteriormente y bajo el gobierno de Ricardo Lagos, el Estado hace suya la celebración. Junto a lo anterior se destaca, entre muchas otras realizaciones de Marta, la modernización de la DIBAM, el Bibliometro – préstamo gratuito de libros en las estaciones del Metro -, la presentación de la candidatura de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO en 1995 – declarado el 2003 – , y ya desde 1994 las presentaciones iniciales de Rapa Nui y las Iglesias de Chiloé al mismo reconocimiento.
Es preciso recordar también y como un justo homenaje a Marta, que parte importante de su educación la realizó en Paris, cursando Historia, Teología y Filosofía en la Ecole del Louvre y el College de Francia en la Sorbone, titulándose en 1974 en Chile de Educación Media en Filosofía. Fue una activa impulsora y presidenta juvenil de la Acción Católica y líder de la Juventud Demócrata Cristiana, Directora del Colegio La Maisonnette en los 70, miembro fundadora de la Fundación de Gestores y Administradores Culturales de Chile y de las Corporaciones del Patrimonio Cultural de Chile, Amigos del Patrimonio Cultural de San Francisco, del Patrimonio Religioso y Cultural de Chile y Personas Mayores Presentes (PEMAP). Declarada Hija Ilustre de Santiago, nunca calló ante lo que consideró equivocado, inadecuado o contrario a lo que estimaba justo, verdadero y eficiente.
Para Marta Cruz-Coke “Sin el patrimonio no tenemos futuro real”, signo de identidad y camino seguro para hacer de nuestro país algo mejor. Recogemos algunas frases de su autoría que nos muestra el diario El Mercurio en su edición del 21 de mayo de 2023: “…conocer un patrimonio es reconocer la raíz, es sentirse parte de una comunidad, es poder tener una sensación de fraternidad, y al mismo tiempo, estar adelantando lo que yo creo puede ser una sociedad … que pueda acceder a los bienes sociales. El patrimonio nos da seguridad, identidad y lo esencial es su permanencia.” Asimismo, compartimos plenamente lo que su sobrino el senador y ex ministro Luciano Cruz-Coke, señalaba: “Conjugó la modernidad con la tradición “ y “ combinaba la inteligencia del refinado análisis intelectual de los problemas que enfrentaba con un gran pragmatismo y una tenacidad sorprendentes para darles solución práctica. “, destacando, además “… su don de tratar al prójimo con la calidad humana que merece y de escucharlo con particular atención.” Clara Budnik, estrecha colaboradora de Marta y posteriormente Directora de la DIBAM, la recuerda “…como una mujer extraordinaria, de una vitalidad e inteligencia sobresalientes. Por sobre todo, una mujer democrática por excelencia, que acogía las ideas de los demás para sintetizarlas con las suyas. Deja una tremenda labor cultural y patrimonial.”
Tuve el inmenso privilegio de conocerla personalmente durante años y poder compartir en muchas jornadas, modestamente con ella, el empeño por instalar nuestra común preocupación por el patrimonio en la cultura del país, en sus instituciones y agrupaciones privadas y en la valoración y rescate de expresiones olvidadas o degradadas. Con su amplia sonrisa, penetrante mirada y lucidez a toda prueba, gozábamos conversando en las tardes bajo la sombra de los olmos de mi jardín, haciendo planes, dialogando también con amigos y admiradores de su inteligencia, claridad y simpatía.
Antes de terminar, deseo recoger las hermosas palabras que su hija Marta Lagos escribiera el día de su fallecimiento, 20 de mayo de madrugada: “Como un río de leones su maravillosa fuerza, como un torso de mármol su dibujada prudencia.”