PATRIMONIO DE LAS ARTES VISUALES: LOTTY ROSENFELD Y LA ESCENA DE AVANZADA

Por Gustavo Olave

Los acontecimientos ocurridos a partir del 11 de septiembre de 1973 en Chile trajeron consigo grandes cambios a nivel cultural en nuestro país. De forma súbita, el mundo de las artes se vio fuertemente afectado por la censura y la represión mediática y toda manifestación estética vinculada a movimientos de izquierda fue suprimida. Es en este contexto que, unos años después, nace la llamada “Escena de avanzada”, término acuñado por Nelly Richard para referirse al nuevo grupo de artistas surgidos a finales de los años setenta. Excediendo los límites del cuadro y traspasando los límites de los géneros, sus propuestas estéticas supusieron un verdadero acto de rebeldía en contra de la represión del estado, y es dentro de este grupo neo-vanguardista que se inscribe la obra de Lotty Rosenfeld.
Nacida como Carlota Eugenia Rosenfeld Villarreal el 20 de junio de 1943 en Santiago, la futura artífice entra a estudiar en la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, donde tuvo como profesores a artistas de la talla de Eduardo Vilches, Kurt Herdan y Florencia de Amesti. Si bien, una vez egresada, se enfocó en el grabado como forma de expresión artística, la llegada de la dictadura la llevó a replantearse su papel de creadora, vinculándose de esta forma a la realización de intervenciones y acciones de arte.

1979 es un año decisivo en la vida de Lotty Rosenfeld. Junto a la novelista Diamela Eltit, el poeta Raúl Zurita y los artistas Juan Castillo y Fernando Balcells, funda el CADA (Colectivo Acciones de Arte). Este grupo tenía como objetivo dejar en evidencia, mediante grandes intervenciones urbanas, los problemas que aquejaban a la realidad sociopolítica del Chile de entonces. Acciones como “Para no morir de hambre en el arte” (1979); “Ay Sudamérica” (1981) y “NO +” (1983), se convirtieron en verdaderos hitos de la historia del arte en nuestro país. El carácter multidisciplinario de los integrantes del grupo le confirió al CADA una identidad única y singular, factor a considerar a la hora de analizar y comprender el impacto del colectivo.

Sin embargo, el trabajo más emblemático de la carrera de Rosenfeld fue realizado en solitario, paralelo a su participación con el CADA. Se trata de “Una milla de cruces en el pavimento” la cual aunaba, como muchas de sus obras, acción, fotografía y video. El gran éxito que esta acción tuvo y continúa teniendo, tanto en Chile como en el extranjero, ha sido demostrado por los numerosos montajes realizados en ciudades como Washington, La Habana, París, Nueva York, Sevilla, Berlín, Cali y, por supuesto, Santiago.

Después de una fructífera carrera y luego de haber contribuido enormemente al desarrollo de las artes en nuestro país, Lotty Rosenfeld muere el 24 de julio de 2020 a los 77 años, víctima de un agresivo cáncer de pulmón.
Su labor como artista le valió numerosos premios y reconocimientos, tales como el Premio Anual del Círculo de Críticos de Arte (1995) y el Premio Altazor de Artes Visuales (2001). En el año 2007 se realizó un ceremonioso homenaje a Rosenfeld en el Día de las Artes Visuales.

Lotty Rosenfeld sigue siendo, hasta el día de hoy, una figura capital del arte latinoamericano de la segunda mitad del siglo XX. Pero su legado no se limitó únicamente al campo de lo estético. Mediante sus intervenciones, tanto formando parte del CADA como en solitario, creó una forma de expresión sin precedentes en la historia de Chile, con la cual denunció las injusticias de un sistema político autoritario y explotador .De esta forma, la obra de la artista fue un verdadero faro de lucidez y esperanza en un mundo repleto de injusticias sociales. Por otra parte, el legado del CADA está más presente que nunca en los numerosos colectivos de arte que han surgido en Chile durante los últimos tiempos.

 

 

UNA MILLA DE CRUCES SOBRE EL PAVIMENTO
1979
Una milla de cruces sobre el pavimento es la obra más reconocida de Lotty Rosenfeld tanto en Chile como en el extranjero. Realizada por primera vez en la Avda. Manquehue de Santiago, la artista cruza las líneas pertenecientes al pavimento con cinta adhesiva, alterando de esta forma la normalidad establecida por las autoridades. Esta intervención ha sido realizada en distintos países del mundo a lo largo de más de 40 años.

 

INVERSIÓN DE ESCENA
1979
Primera intervención de Lotty Rosenfeld con el CADA. Partiendo desde la fábrica de productos lácteos Soprole, ocho camiones de leche siguieron una ruta preestablecida que terminaba en el Museo Nacional de Bellas Artes. Una vez allí los vehículos se detuvieron, formando una fila. Finalmente se cubrió la fachada del museo con una tela blanca. Con esta acción se buscaba denunciar la represión y dejar en claro que, estando el museo bajo el control de la dictadura, el arte se encontraba fuera del edificio, de forma clandestina.

 

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