REDESCUBRIENDO A THOMAS SOMERSCALES
El 2 de mayo se inaugura en la Corporación Cultural de Lo Barnechea una completa e innovadora exposición que reúne pinturas y dibujos del marinista inglés que vivió en Chile Thomas Somerscales, considerado como uno de los tres mejores de nuestro país.
Se trata de un verdadero rescate patrimonial, ya que la muestra invita a redescubrir 29 importantes obras provenientes de museos e instituciones públicas y colecciones privadas, incluyendo diversidad de géneros y técnicas. Entre las pinturas, se podrán apreciar el famoso “Combate naval de Iquique”, “El amanecer en el valle de Aconcagua”, “Paisaje rojo” o “Llay Llay”, entre otras.
El famoso cuadro sobre “El combate naval de Iquique”
Thomas Somerscales desarrolló en nuestro país una valiosa obra que homenajeó a nuestros mares. De entre todos los llamados pintores viajeros -extranjeros que encontraron en Chile un nuevo hogar-, Somerscales destacó por su maestría técnica. Famoso por sus composiciones navales y sus paisajes de tierra adentro, el artista se ganó el respeto tanto de chilenos como de británicos.
Además de su faceta como pintor, Somerscales ejerció como profesor, llegando a formar a destacados artistas chilenos, como es el caso de Alfredo Helsby. Hombre culto y educado, fue un gran lector de poesía, siendo el introductor en Chile y traductor del escritor estadounidense Walt Whitman.
Somerscales nació el 30 de octubre de 1842, siendo el primer hijo varón del matrimonio de Thomas Somerscales y Sophie Mathewson. El padre del futuro pintor era capitán de navío y contagió a su hijo el amor por el mar, además de apoyar sus inquietudes artísticas. Luego de una estricta formación académica, el joven de 20 años ingresó al servicio de la marina, decisión que influyó en su futura carrera artística. Fue a bordo de la fragata Clio que Somerscales presenció fantásticos espectáculos naturales y visitó pintorescos y variados lugares. Estos paseos lo llevaron dos veces a Chile, país en el que se instalaría de manera decisiva años más tarde.
Una vez asentado en Valparaíso, Somerscales decidió dedicarse de lleno a la pintura, su gran pasión. En un inicio pintaba cuadros pequeños, pero con el tiempo se atrevió con telas de formatos más grandes. Antes de incursionar de lleno en las marinas que lo hicieron famoso, el artista recreaba escenas cotidianas de las calles de Valparaíso, derivando luego en paisajes y, por supuesto, escenas navales. Debido a su gran destreza, los servicios del pintor británico fueron requeridos por numerosos clientes, quienes pagaban buenas sumas de dinero por sus marinas. A pesar de este éxito, el artista viajero no tuvo mayores logros en exposiciones o concursos. Sin embargo, no se vio desalentado y continuó pintando con regularidad.
Tras veinte años residiendo en Valparaíso, Somerscales regresó a su país natal en 1891. Ello motivado, en primer lugar, por la trágica partida de su hija Alice, quien había contraído difteria. La segunda razón fue el mal estado de salud de su madre, ya de avanzada edad. A estos desafortunados sucesos se añadió la conmoción provocada por la Guerra Civil.
Una vez de regreso en Gran Bretaña, continuó ejerciendo como pintor, realizando sus famosas marinas. A pesar de la gran distancia, el artista británico conservó su contacto con Chile, viajando en algunas ocasiones a Valparaíso con motivo de encargos de obras. Somerscales murió el 27 de junio de 1927 los 84 años de edad.
A pesar de que sus paisajes rurales y sus cuadros de las calles de Valparaíso poseen una calidad innegable, son sus marinas y combates navales los que cimentaron su fama y le otorgaron un mayor reconocimiento. Sus largos años como marino le brindaron una sólida base al momento de plasmar tanto la calma del Océano Pacífico como las violentas tempestades presentes en sus escenas bélicas. Acompañando esta magistral representación del mar y sus movimientos, está el cielo, con sus variados matices y surcado por polimórficas nubes. El gran realismo de las batallas presentadas en sus lienzos, permite al espectador verse inmerso en el fragor y el caos de la contienda.
Thomas Somerscales fue, sin duda, uno de los artistas extranjeros más talentosos que pisaron suelo chileno y su legado va aún más allá de sus paisajes y marinas. El ex marino formó a un gran número de pintores chilenos, tanto profesionales como aficionados. A pesar de la obvia influencia de artistas británicos, como es el caso de Turner, la obra de Somerscales es de una gran originalidad y su calidad estética es notable, motivo por el cual aún sigue siendo celebrada tanto en Chile como en el extranjero.